Cátedra Jorge Basadre

Blog-Homenaje a la memoria de Jorge Basadre,
Historiador y Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

jueves, agosto 31, 2006

TOMO XV:
Jorge Basadre y una república convulsa

Por Enrique Hulerig Villegas

Coordinador de la maestría de Historia de la Pontificia Universidad Católica del Perú, el padre Jeffrey Klaiber es uno de los mayores conocedores de nuestro reciente pasado político. Su libro "Religión y revolución en el Perú" (1988) explora las relaciones, no siempre óptimas, entre la Iglesia y algunos partidos. Conversamos sobre los convulsos años 30, tema del volumen 15 de "Historia de la República".

Se dice que la primera base social del Apra se compone de leguiístas.

Yo diría que Haya de la Torre formó su base social antes de que cayera Leguía, en las universidades populares que fundó en 1921. Ciertamente hubo también en el Apra sectores de clase media, pero era una clase media profesional, de catedráticos, de jóvenes inquietos; luego una masa de obreros y de anarquistas. La base de Leguía, en cambio, fue una oligarquía modernizante; y también una clase media, pero no profesional sino comerciante, de empleados. Sin embargo, es posible que haya habido algo de cierto en esa idea.

La polémica Haya-Mariátegui enmarca la época. Una de las principales acusaciones de Mariátegui es que el Apra incorpora elementos del fascismo italiano.

Hubo todo un debate sobre si el marxismo clásico podía ser un camino para el tercer mundo. Haya de la Torre se inspira, no en el fascismo italiano, sino, sobre todo, en la revolución mexicana, que para él fue una gran experiencia donde se da la unión de campesinos, obreros y clase media. Mariátegui se inspira en el marxismo. Ahí el choque. Haya pensaba que el marxismo europeo no era modelo para América Latina, que no tenía un gran movimiento obrero; y que la clase media debía tener un rol protagonista, pero en unión de obreros y campesinos concientizados. Para Mariátegui esto era una variante populista, pues la clase media seguiría al mando. Pero, además, Haya decía que el imperialismo traía beneficios, caminos, minas, infraestructura, que había que invitar a las transnacionales, no rechazarlas. Esas eran grandes diferencias. Ya un año antes de su debate con Mariátegui, en 1927, durante el primer congreso mundial del antiimperialismo en Bruselas, con Ho Chi Minh presente, Haya tiene un debate con el delegado cubano Julio Antonio Mella, donde le dice que el comunismo no sirve, que no es aplicable para América.

Mariátegui sospechaba de Haya. Decía que nunca usaba la palabra socialismo.

Usaba la palabra marxista o socialista a su manera, un poco como hacen los socialdemócratas. Recordemos que el Partido Laborista de Inglaterra también se definía como marxista hace 50 años, pero era un marxismo en evolución, que finalmente pacta con la clase media. Eso es lo que el Apra buscaba históricamente.

¿Por qué se perseguía al Apra?

Porque Leguía se da cuenta, también Sánchez Cerro y Benavides, de que la clase media organizada puede ser más peligrosa que el pequeño grupo de la clase obrera, pues es base de profesionales e intelectuales con capacidad para dirigir una revolución.

Aunque la izquierda también atraía a la clase media.

Sí. Nunca ha habido un movimiento únicamente de obreros en América Latina. De campesinos sí, Zapata en México, que al final fue marginado por los constitucionalistas del norte, que era la clase media liberal y anticlerical que toma el poder. Uno de los méritos de Haya, a pesar de su adhesión a la revolución mexicana, fue su rechazo al anticlericalismo. El Apra, que inspiró mucho temor en la Iglesia, finalmente resultó ser muy blando. Además, Haya utilizaba el lenguaje religioso para llegar a las clases populares: comparaba al partido aprista con Cristo crucificado y usaba expresiones como "el dolor del partido". Su discurso no era racional sino emotivo. Esa retórica no le gustó a Mariátegui, que sentía cierta demagogia en Haya. Mariátegui buscaba ser más honesto; al escribir y al hablar era más sobrio, más analítico que Haya. Haya era gran orador, parecido a veces, eso sí, a Mussolini, porque es cierto, en el Apra hay rasgos fascistas: las marchas, los saludos, la disciplina. Basadre dice que Haya es el primer político profesional en la historia del Perú, el primero que, en el buen sentido, hace política, es decir, que hace pactos, sobre todo en los años 50.

Sus críticos dicen que pactaba más de la cuenta.

Sí, todo eso es criticable, uno puede decir que Haya era un oportunista pero presentarlo como una especie de Mussolini es demasiado.

En 1932 hay dos levantamientos, uno en el Callao y otro en Trujillo, ambos vinculados al Apra.

Creo que ambos levantamientos fueron espontáneos, pero en el contexto de que los apristas habían sido expulsados del Parlamento. Por ser Haya de Trujillo había un vínculo afectivo y entonces Trujillo se levanta. Manuel 'Búfalo' Barreto era un hombre fuera de control que decide tomar el cuartel O'Donovan por su cuenta, pensando que era lo correcto y ahí muere. Esto rebasa al partido. Ya luego el ejército toma Trujillo y hay una masacre en Chan Chan por la que Sánchez Cerro nunca pidió perdón. Los apristas hablan de seis mil muertos, pero lo cierto es que fueron alrededor de dos mil. Sánchez Cerro era muy popular, pero sus métodos eran dictatoriales.

¿Qué grupos apoyan a Sánchez Cerro?

Los más pobres. Mientras en el Apra las clases populares estaban concientizadas, tal es el caso de los anarquistas, que era gente que quería leer, entender el mundo, los que apoyaban a Sánchez Cerro eran vendedores pobres y también lo que algunos dirían el lumpen, la gente más pobre de Lima, gente sin formación que busca una figura que solucione sus problemas. Podríamos hablar de mesianismo.

¿Tuvo Sánchez Cerro una expresión partidaria importante?

La Unión Revolucionaria. Cuando Sánchez Cerro es asesinado, Luis Flores la convierte en un partido abiertamente fascista. Ellos sí tenían camisas negras, desfiles, discursos fascistas, inclusive hablaban del tema racial. Denunciaban la presencia japonesa en el Perú y el peligro amarillo era su eslogan. Frente a la UR, el Apra solo tenía algunos rasgos fascistas.

¿Cómo cuáles?

Haya es conocido porque tenía la idea de un congreso económico, que también es idea de los fascistas, es decir, tener un representante de los sectores económicos en el Congreso. O bien que haya dos congresos: uno político y uno económico. Al margen de esto, el Apra suscitó interés pues se pensaba que se venía la segunda revolución mexicana. Lo que asombra a mucha gente de hoy es que aún existe.

Tal vez eso solo se deba a su actual líder.

Es cierto, sin él sería mucho menos, aunque es mejor no hablar del momento actual. Haya creó un partido verdadero, organizado; incluso quienes decían que el Apra era oportunista, reconocían que Haya no era solo otro caudillo carismático.

Pero esa organización no se notó en su gobierno, que fue un caos.

Estoy de acuerdo. En el Apra se ha cometido errores por arrogancia, debieron escuchar nuevas voces, aprender de los errores y también de otros grupos. Uno de los grandes problemas del Apra es que no aprendió.

¿Por qué razón la Iglesia temía al Apra?

Porque la Iglesia creía que Haya de la Torre repetiría lo ocurrido en México. También porque Haya encabezó la famosa marcha contra la consagración del Perú al Sagrado Corazón, en el año 1923. En el Perú había muchos sacerdotes españoles antes de la guerra civil española y en España el ambiente anticlerical ya era fuerte. Esos sacerdotes son los que se encargan de denunciar al Apra. Pero tras una reunión de sacerdotes con Haya, las cosas quedaron muy bien. Solo Vargas Ugarte se escandalizó y escribió un folleto "Aprista o católico", además de que daba charlas contra el Apra en las parroquias.


Publicado en el diario El Comercio, 11/12/2005
El Reportero de la Historia, 3:00 p. m.

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