Cátedra Jorge Basadre

Blog-Homenaje a la memoria de Jorge Basadre,
Historiador y Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

jueves, agosto 31, 2006

TOMO VII:
Jorge Basadre y el abismo social en el Perú

Por Enrique Hulerig Villegas

Catedrática de la Universidad Católica, Scarlett O'Phelan es una de nuestras historiadoras de mayor prestigio. Experta en el período de la independencia es también conocedora del período previo a la Guerra del Pacífico, tema fundamental del volumen VII de la "Historia de la República" de Jorge Basadre.

¿Por qué la historiografía peruana no incluye la historia de Tarapacá anterior a la Guerra con Chile?

Los historiadores trabajamos con las fronteras del siglo XX y no tomamos conciencia de sus variaciones. Descartamos espacios que estuvieron integrados al Perú porque en el siglo XX ya no están. Sin embargo, hay que poner los ojos en Tarapacá, porque fue una variable fundamental en la coyuntura de la guerra, donde los recursos naturales fueron claves, tanto Atacama como Tarapacá eran enclaves argentíferos y salitreros de gran importancia.

¿Cuándo se inicia el despegue del salitre?

En la década del 60, cuando el guano ya no es considerado el único fertilizante en Europa, el salitre empieza a ser explotado de manera sostenida. El boom es tan importante que el historiador británico Rory Miller se sorprende de que el Perú monopolizara los dos grandes abonos del siglo XIX: guano y salitre. Las salitreras, además, son foco de migración para mano de obra chilena, al punto que las tres cuartas partes de la población minera eran de ese país.

Se dice que Tarapacá tenía mayor contacto con Chile que con el Perú.

Se señala que Tarapacá es abastecido desde Valparaíso y que el contacto con Lima es casi nulo, que no hay una política de Estado y que el flujo comercial viene del lado chileno. El diario El Comercio anota el 18 de octubre de 1873: "Todo lo que Iquique consume es traído de fuera, principalmente de Chile, y con esta república mantiene una comunicación diaria". Lima no tiene ninguna política de integración y Tarapacá se ofrece en bandeja a los chilenos. Tampoco había una política de control sobre la producción salitrera ni sobre la población que la trabajaba. ¿Cómo puede un Estado dejar la mano de obra en control de ciudadanos extranjeros?

¿La guerra fue un tema de recursos naturales o de tratados incumplidos?

Hay una interpretación que dice que la guerra estalla porque Bolivia incumple el tratado que firmó con Chile en 1874, por el cual daba permiso a empresas chilenas para explotar sus recursos, ofreciendo no modificar las relaciones comerciales ni crear nuevos impuestos. Cuando Daza asume el Gobierno Boliviano ignora el tratado y crea un derecho de diez centavos por quintal de salitre explotado. Chile siente que el convenio ha sido violado y ese es el argumento para declarar la guerra. La otra interpretación tiene que ver con la necesidad de controlar los recursos naturales. Ni Perú ni Chile atravesaban una buena situación: la crisis de la década del 70 en Europa quebró ambas economías. Pero mientras en Perú había la posibilidad de explotar el salitre, en Chile la situación era más complicada. Chile controlaba los cereales en la región, pero antes de la guerra su producción cae, pues varios países europeos comienzan a producirlos y se dejan de importar. Además, se acababa de atravesar una sequía seguida de inundaciones que destruyeron las cosechas. Sumado a eso, cae el precio internacional del cobre y las pequeñas empresas que lo producían deben cerrar, lo que produce un gran éxodo de mano de obra. Por último, Alemania, gran importador de plata chilena, opta por el oro, con lo que la minería de plata también entra en crisis. El panorama de Chile es sombrío. De allí que el historiador chileno Luis Ortega señale que si alguien presiona al presidente chileno para que busque la guerra es la burguesía, asfixiada por la crisis.

Inglaterra tenía mayores relaciones con el Perú que con Chile, pero esta situación en algún momento cambia.

Las casas comerciales inglesas estaban afincadas en Chile; y había, además, la disputa sobre qué puerto, si el Callao o Valparaíso, dominaría el Pacífico. Que Valparaíso sea el gran puerto era el viejo proyecto de Diego Portales. En los años previos a la guerra, la estrategia chilena para capturar el capital británico fue tener una política liberal, con aranceles bajos, con pocos impuestos, con tolerancia religiosa, mientras en el Perú había una política proteccionista que ahuyentaba el capital. Cuando Santa Cruz asume el proyecto de la confederación, adopta una política liberal y eso alarma a Portales, no vaya a ser que Valparaíso pierda frente a Lima su control sobre el Pacífico. Ya en los años previos a la guerra, las facilidades comerciales que ofrece Chile hacen que los británicos vean en la guerra la posibilidad de renegociar el tema de las salitreras que Pardo había expropiado en 1875.

¿Preocupaba a Chile una posible hegemonía peruana en el Pacífico?

Chile fue una capitanía general con una condición de subalternidad. Esto es lo que Portales trata de revertir. Ya durante la guerra, cuando el ejército chileno entra a Lima, en una de las cartas que se envía al presidente chileno Pinto, se dice: "Hemos entrado a la capital virreinal". Además, desde la época de la confederación, había en Chile el temor al poder de los recursos naturales del Perú y Bolivia juntos. Se respetaba a Santa Cruz: se lo ve inteligente, capaz, con un proyecto interesante. Esto en contraste a cómo lo ve la aristocracia limeña, de una manera racista, burlándose de su apariencia física, descolocando su proyecto político. Es interesante la manera de ver el Perú que tiene Portales: en una carta que le envía en 1836 a Blanco Encalada dice que en Lima hay una gente ilustrada, de raza blanca, ligada a familias de influjo en España, más inteligente que los chilenos, pero con menos carácter.

Una élite que no consigue desarrollar proyectos de integración.

Uno busca las razones por las que el Perú tuvo tantos problemas en la guerra y lo primero que encuentra es un país no integrado, con énfasis en la costa y una postergación de la sierra, sin un proyecto claro de educación y sin inclusión de la población indígena. En contraste, Chile insistía en el tema educativo como la base para formar un Estado. De esto se queja Basadre cuando habla del Perú como un Estado empírico, sin cuadros preparados para gobernar. Pardo tiene una frase muy interesante: "La locomotora enseña más que la escuela". Es decir, para la población indígena ver una locomotora era de mayor provecho que ir a una escuela. Por eso Basadre habla del abismo social en el Perú.

¿La aparición del liberalismo no trajo una manera nueva de hacer política?

Dice Basadre que el problema del Perú es que mientras en el período del 40 al 70 hay seis presidentes en Chile, en el Perú hay 20. Puede entrar un presidente liberal pero luego llega uno proteccionista. En el Perú, aunque haya proyectos liberales, el centralismo pesa mucho.

¿Cómo explica Jorge Basadre este período?

Basadre es bastante crítico frente a las élites de poder. Ese es uno de los temas que más enfatiza: la idea de un poder no constituido, sin un proyecto concreto, y cómo la guerra, que sirvió para tomarle el pulso al Perú, muestra esas debilidades. De allí que Basadre analice la construcción de un Estado mal constituido.


Publicado en el diario El Comercio, 16/10/2005
El Reportero de la Historia, 7:00 p. m.

2 Comentarios:

Hola Hulerig. Navegando encuentro este importantísimo blog. Te felicito por la iniciativa. Le haré publicidad.
Blogger Fabricio Rebatta, at 9:55 a. m.  
Entre 1841 y 1871 hubo sólo 3 presidentes en Chile, aunque si se cumplieron 6 períodos presidenciales de 5 años. Cada uno de esos tres (Bulnes, Montt y Pérez) fué reelegido.
Anonymous Anónimo, at 5:38 p. m.  

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