Cátedra Jorge Basadre

Blog-Homenaje a la memoria de Jorge Basadre,
Historiador y Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

miércoles, julio 18, 2007

"Basadre tenía sensibilidad poética"
Entrevista a Estuardo Núñez *

A sus 94 años, lúcido y preciso como pocos, Estuardo Núñez, autor de decenas de estudios sobre historia y literatura peruana, abre sus puertas a El Dominical para compartir sus recuerdos de Jorge Basadre en aquella Lima que tenía apenas medio millón de almas.

¿Usted y Basadre fueron de la misma generación? Bueno, Basadre y yo somos de generaciones distintas pero inmediatas: él nació en 1903 y yo en 1908; había alguna diferencia de edad. Además, yo viví toda mi vida en Lima, me crié en Lima y me formé en Lima. Basadre, en cambio, vivió en Tacna hasta el fin de su niñez, hasta los doce años aproximadamente. ¿Cuándo lo conoció?

Yo lo conocí cuando él ya era un joven de más de veinte años. Era, recuerdo, un joven muy estudioso. Yo lo he visto investigando y leyendo durante horas en la Biblioteca Nacional. El todavía era solo un lector, como yo. Dos años después, la biblioteca se quemó, y a él le encargaron recuperar lo que se pudiera de aquella institución, revivirla y rehacerla en una forma moderna. Pese a la diferencia de edad y sobre todo de intereses, Basadre y yo coincidimos en varios momentos en aquella biblioteca desaparecida. El investigaba la historia, yo investigaba la bibliografía peruana o extranjera referente a los viajeros. ¿Fue su primer contacto con él?

Claro. Fue, digamos, un primer acercamiento superficial. Luego, cuando yo ya era estudiante universitario, en 1928 ó 1929, él entró como profesor de historia a San Marcos. Fue debido a que esa cátedra había estado a cargo de gentes que no eran muy capaces, no eran muy serias con la materia, a excepción de algunas figuras ya consagradas que venían del siglo anterior, como Ricardo Wiese y Riva Agüero, sobre todo. Basadre y otros nuevos profesores dieron un nuevo impulso académico a la historia. ¿En esa época Basadre debió haber conocido a Luis Alberto Sánchez?

Sí. El y Sánchez compartían algunas inquietudes, como la preocupación por la nueva literatura en el Perú, y el interés por la historia reciente, contemporánea de la República. Estos temas no se habían tratado en forma sistemática y ellos se abocaron a eso. Sin embargo, se dieron espacio también para discrepar. Por ejemplo, en torno a la obra de Vallejo. Basadre supo reconocer en "Trilce" a la nueva poesía. Sánchez fue muy receloso con ese libro. Esto es muy significativo, pues Basadre era historiador, pero también tenía sensibilidad poética. El caso de Sánchez es distinto. ¿Hasta cuándo duró en él esa diversidad de inquietudes en Basadre?

Muy poco después, Basadre tuvo el gran tino de restringir sus intereses y dedicarse a su gran obra, que es la historia del Perú republicano. Y no solo me refiero a la colección de casi veinte volúmenes que escribió sobre el proceso de la República en el Perú, si no también a diversos tratados monográficos sobre diferentes aspectos sociales y políticos que habían sucedido en el Perú durante esa época. Me refiero al periodo que va a partir de la Independencia (1821) hasta el siglo veinte. ¿Usted recuerda qué relación tenía Basadre con otro gran historiador de la época, Raúl Porras Barrenechea?

Bueno, estas dos figuras de la intelectualidad peruana empezaron a salir a partir de una renovación de la Universidad de San Marcos, luego de una época un poco oscurantista, opaca, que corresponde a el gobierno de Leguía. Pero hacia 1928 la universidad comenzó a reanimarse y a tener presencia en la vida intelectual del país. Parte de esto fue una renovación de docentes, que permitió la entrada a cátedra de nuevos elementos como Luis Alberto Sánchez, en lo que se refiere a Literatura; Basadre, por su lado, en el área de Historia, y su amigo Raúl Porras Barrenechea. ¿Cuál fue el impacto de sus primeras obras en el ambiente intelectual de la época?

No debemos olvidar que los dos primeros libros de Basadre -que datan de esta época-, "La iniciación de la República", su tesis doctoral, y unos ensayos sobre literatura, causaron conmoción en el ambiente cultural nacional. Lo que pasó es que la gente se dio cuenta de que había nacido un historiador importante, alguien que iba a hacer algo que no lo había intentado nadie, sino en forma muy fragmentaria: registrar históricamente el proceso de la República. No se equivocaron. ¿En qué radicó el éxito temprano de Basadre?

Creo que a él lo ayudaron mucho dos cosas. En primer lugar, apartarse mucho de los problemas de la política menuda, que podrían haberlo atraído como atrajeron a Sánchez, por ejemplo. Por otro lado, él siempre supo alejarse del Perú cuando la temperatura política del país se elevaba; pero esto lo hacía para iniciar la gran obra histórica que se esperaba. Capitalizó, también, la crisis universitaria, que implicó la clausura de la universidad por algunos años, tiempo en el cual él alcanzó ciertas metas personales importantes, como el aprender nuevos métodos de investigación histórica en vigencia en Europa y EE UU, mediante sendas becas. El también trabajó en el área del Derecho. ¿A qué se debió esta incursión académica?

Creo que se cansó de las rencillas académicas, de esos rencores y celos académicos que se encuentran en la universidad. Sintió que estaba perdiendo el tiempo con todo eso. Además, creo que no tenía la capacidad para enfrentar este tipo de problemas; él estaba preparado para otras cosas, posiblemente. Bueno, esto lo llevó a abandonar un poco la Historia y dedicarse al Derecho. Es entonces cuando a él le encargan que regente el curso de Historia del Derecho Peruano. Sin embargo, ello fue como un primer paso de retirada. Porque poco a poco fue dejando San Marcos a partir de esto, para dedicarse íntegramente a su trabajo personal como historiador. ¿Recuerda algún rasgo singular del joven Basadre. Le gustaban los juegos, los deportes, asistía a fiestas con frecuencia...?

No, los deportes ni hablar. Basadre era un negado para los deportes. Yo tampoco practiqué ningún deporte y mire cómo estoy, tengo 94 años (risas). Si Sánchez se dedicó al boxeo fue, sobre todo, para obtener algún ingreso económico como árbitro en las peleas. Yo me dediqué algún tiempo a realizar exámenes grafológicos a la gente, con el mismo fin. Y Basadre colaboraba con artículos en diarios y revistas también por una cuestión de solvencia.


* Publicado en el Suplemento Dominical del diario El Comercio, el 09/02/2003

El Reportero de la Historia, 9:06 a. m.

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