Cátedra Jorge Basadre

Al cumplirse el centenario del nacimiento de quien fuera su brillante catedrático de historia del Perú publicano, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ha reeditado la obra con que Basadre mereció originalmente el grado de doctor: "La iniciación de la República" (Lima, UNMSM, Fondo Editorial, 2002; 2 volúmenes). Cuando recibió la aprobación de la Facultad de Filosofía, Historia y Letras con la nota sobresaliente, en diciembre de 1927, este trabajo llevaba el modesto título de "Contribución a la historia de la evolución social y política del Perú durante la República".

Y, en efecto, se aprecia que la intención de Basadre en aquel momento no era ofrecer un estudio completo y ordenado sobre los fundamentos históricos del Perú independiente. Más bien, buscando el apoyo de la perspectiva antropológica y sociológica, se orientaba al uso del ensayo de reflexión crítica, lo cual le permitía saltar con relativa libertad de una época a otra, proponer comparaciones, omitir sucesos o personajes irrelevantes y proyectarse con fuerza hacia lo que el autor tantas veces llamó "el destino histórico del Perú".

En esa capacidad o talento para combinar la exactitud del dato, la amplitud en la perspectiva y la utilidad contemporánea del conocimiento histórico, estriban precisamente las virtudes de este notable intelectual del siglo XX. Por ello mismo, en sus líneas de presentación a esta entrega conmemorati va, el rector sanmarquino Manuel Burga, un historiador que en parte ha seguido el legado de Basadre, asienta: "Consideramos que su obra tiene una gran actualidad; por eso queremos que nuestros jóvenes profesores abran las páginas de sus obras y descubran su mensaje de compromiso con una patria en crisis..." (p. 16).

La iniciación de la República aborda esencialmente dos problemas de nuestra configuración política durante el siglo XIX. El primero es la cuestión de la forma de gobierno, o sea la factibilidad de establecer una monarquía en el Perú independiente. Basadre reconoce tres etapas en el proyecto monárquico de San Martín, examina el predicamento social de la nobleza titulada heredada del Virreinato y termina analizando las causas por las cuales fracasó la tentativa monarquista en nuestro país (aunque sí floreció, por ejemplo, en el Brasil). El otro aspecto que trata esta obra, con mucha mayor prolijidad y extensión, es el caudillismo militar de las primeras décadas de la República.

Renunciando muchas veces al tono ensayístico, Basadre desciende aquí al ámbito de las anécdotas y de los hechos episódicos, reconstruyendo con minucia las intrigas, enfrentamientos y batallas entre los caudillos principales hasta el fin de la Confederación Perú-Boliviana.

Esa misma característica de formación concéntrica, inorgánica, de los relatos históricos, se repetirá después en las sucesivas ediciones de su obra cumbre, "La historia de la República del Perú" (aparecida por primera vez en 1939). Defendiendo su propia creación, Jorge Basadre no tendrá empacho en recusar el afán trapero de acumulación de fichas y notas eruditas; reconoce por el contrario que aspira a la plasmación de una especie de 'sketches' o escenas animadas, en las cuales fluya la vivacidad y amenidad de las gentes del pasado.

Por cierto que tal vocación iconoclasta no podía pasar desapercibida a sus propios colegas y contemporáneos. Uno de sus compañeros en la llamada generación del centenario, Raúl Porras Barrenechea, admite el valor de la historiografía seria, crítica y reflexiva de Basadre, pero apunta en seguida "su aversión a la erudición" y remarca el que no haya consultado una serie de materiales archivísticos disponi bles ("Fuentes históricas peruanas", p. 531). ¡Contrapunteo de maestros en guardia!

Todos esos aspectos intrínsecos a la creación juvenil de Jorge Basadre, así como el contexto sociopolítico de insurgencia y ruptura en el cual se gestó "La iniciación de la República", son analizados con fineza en el estudio preliminar que ha redactado el historiador sanmarquino Gustavo Montoya.

Incide su enjuiciamiento en que el ensayo significó una verdadera estrategia textual para nuestro historiador de la República; tras esas formas arbitrarias y hasta caprichosas, dice, se escondía la provocación, la sentencia contundente y el reclamo indignado. Muchas más razones, pues, para leer entre líneas y con suma atención esta pieza notable, nunca más editada después del oncenio de Leguía.



Publicado en el diario El Comercio, 12/02/2003